Después de algunas semanas sin publicar ninguna entrada, les traigo al cantautor Ismael Serrano y una hermosa canción que nos invita a recuperar los sueños perdidos, aquellos sueños de libertad y revolución que fueron capaces de encantar a muchas generaciones y que hoy son más necesarios que nunca. La canción se titula Papá cuéntame otra vez. Que la disfruten tanto como yo.
Video producido por Diego Villa (alojado en YouTube)
sábado, 20 de octubre de 2012
sábado, 6 de octubre de 2012
¿Por qué Chávez?
Por Ignacio Ramonet y Jean-Luc Mélenchon
Hugo Chávez es sin duda el jefe de Estado más difamado en el mundo. Al acercarse la elección presidencial del 7 de Octubre, esas difamaciones se tornan cada vez más infames. Tanto en Caracas como en Francia y en otros países. Atestiguan la desesperación de los adversarios de la revolución bolivariana ante la perspectiva (que las encuestas parecen confirmar) de una nueva victoria electoral de Chávez.
Un dirigente político debe ser valorado por sus actos, no por los rumores vehiculados en su contra. Los candidatos hacen promesas para ser elegidos: pocos son los que, una vez electos, las cumplen. Desde el principio, la promesa electoral de Chávez fue muy clara: trabajar en beneficio de los pobres, o sea -en aquel entonces-, la mayoría de los venezolanos. Y cumplió su palabra.
Por eso, este es el momento de recordar lo que está verdaderamente en juego en esta elección, ahora cuando el pueblo venezolano se alista para votar. Venezuela es un país muy rico, por los fabulosos tesoros de su subsuelo, en particular sus hidrocarburos. Pero casi todas esas riquezas estaban acaparadas por las élites políticas y las empresas transnacionales. Hasta 1999, el pueblo sólo recibía migajas. Los gobiernos que se alternaban, democrata-cristianos o social-demócratas, corruptos y sometidos a los mercados, privatizaban indiscriminadamente. Más de la mitad de los venezolanos vivía por debajo del umbral de pobreza (un 70,8% en 1996).
Hugo Chávez es sin duda el jefe de Estado más difamado en el mundo. Al acercarse la elección presidencial del 7 de Octubre, esas difamaciones se tornan cada vez más infames. Tanto en Caracas como en Francia y en otros países. Atestiguan la desesperación de los adversarios de la revolución bolivariana ante la perspectiva (que las encuestas parecen confirmar) de una nueva victoria electoral de Chávez.
Un dirigente político debe ser valorado por sus actos, no por los rumores vehiculados en su contra. Los candidatos hacen promesas para ser elegidos: pocos son los que, una vez electos, las cumplen. Desde el principio, la promesa electoral de Chávez fue muy clara: trabajar en beneficio de los pobres, o sea -en aquel entonces-, la mayoría de los venezolanos. Y cumplió su palabra.
Por eso, este es el momento de recordar lo que está verdaderamente en juego en esta elección, ahora cuando el pueblo venezolano se alista para votar. Venezuela es un país muy rico, por los fabulosos tesoros de su subsuelo, en particular sus hidrocarburos. Pero casi todas esas riquezas estaban acaparadas por las élites políticas y las empresas transnacionales. Hasta 1999, el pueblo sólo recibía migajas. Los gobiernos que se alternaban, democrata-cristianos o social-demócratas, corruptos y sometidos a los mercados, privatizaban indiscriminadamente. Más de la mitad de los venezolanos vivía por debajo del umbral de pobreza (un 70,8% en 1996).
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