(José Saramago)
No es fácil pararse en la vereda de los críticos al show de todos los años denominado Teletón. Ello trae desagradables consecuencias en los círculos familiares y sociales. No soy la excepción y más de un desencuentro me ha causado tener esta posición.
Es que esta falsa y “noble cruzada solidaria” (que de noble y solidaria no tiene NADA), tiene raíces muy profundas en los sentimientos de la masa, mal que mal, son casi 35 años validándose año tras año en el inconciente popular como sinónimo de valores humanistas universales tales como la solidaridad, la no discriminación y el respeto y reconocimiento por nuestros semejantes. Hoy, hay prácticamente 3 generaciones completas de personas que crecieron viendo por las pantallas de TV éste show y por lo tanto he ahí la razón de la validación y el respeto que tiene entre la gente, incluso más que ninguna otra institución en Chile.
Pero al fondo. Mi crítica a la Teletón se fundamenta en que con la maestría comunicacional de Don Francisco y de cientos de profesionales de las comunicaciones de masas, se viste la milenaria caridad cristiana con ropajes de solidaridad Humanista. No es necesario ser muy aventajado intelectualmente para darse cuenta que tras este show se esconde lo más putrefacto que produce nuestra sociedad: LA DESIGUALDAD.
Así es, si lo llevamos al lenguaje económico (el que a muchos les encanta), participamos o formamos parte (querámoslo o no) de una sociedad estructurada para producir mucha desigualdad.
En tal sentido, la Teletón es la muestra más elocuente y categórica de la DESIGUALDAD existente, sino, la evidencia misma de su existencia. Por lo tanto, al estar contra este show mediático de falsa solidaridad, estoy denunciando la GROSERA desigualdad de este sistema político y económico que tenemos, ya que si este fuera un país realmente solidario, la Teletón no sería necesaria por las sgtes. razones:
- La Teletón no sería necesaria si viviéramos bajo el alero protector de un Estado Humanista, entre cuyos pilares fundamentales estuviera la Solidaridad y el Bien Común, ya que la salud pública sería capaz de dar respuesta a todas y cada una de las enfermedades y males de toda la población, sean estas de cualquier naturaleza y complejidad.
- La Teletón no sería necesaria si viviéramos bajo el alero protector de un Estado Secular, ya que la caridad cristiana, esa que con monedas después de misa compra la tranquilidad espiritual por una semana, estaría prohibida, ¿y saben por qué?. Porque donde abunda la caridad no existe la justicia.
- La Teletón no sería necesaria si comprendiéramos que la verdadera solidaridad es la que se ejerce horizontalmente entre hombres y mujeres iguales en derechos, y no verticalmente (de “arriba” para abajo), sin tener respeto por el que está “abajo”, considerándolo un necesitado y no un sujeto con derechos. Por lo mismo, don Francisco no nos podría hacer llorar mostrándonos a un niño sin piernas ni brazos. Se iría preso por vulnerar la dignidad de ese niño. Y junto a él sus padres por exponerlo más todos los ejecutivos de esos canales de TV y mercaderes que obtengan beneficios con la exposición de este niño.
- La Teletón no sería necesaria si los gobiernos de turno no mantuvieran el presupuesto militar dentro de los más altos del continente. Bastaría con vender unos cuantos aviones y buques de guerra para financiar todas las necesidades de salud. Y otras por cierto.
- La Teletón no sería necesaria si existiese un estado realmente democrático, donde la gente, la masa o el pueblo fueran tratados como seres humanos y no como consumidores.
- La Teletón ya no sería necesaria si, como dice Saramago, todos fuéramos “pesimistas” deseosos de cambiar lo que hay.
Me declaro Pesimista.
¡Excelente!
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